jueves, 28 de enero de 2016

Variaciones batimétricas podrían servir de barreras para detener la propagación de una ruptura sísmica.

Mucho se ha especulado sobre la posibilidad de que formas topográficas (en algunos casos, como en las fallas continentales) o batimétricas (en los regímenes de subducción) puedan servir de barreras y bloquear al avance de la ruptura de un macrosismo.
En el caso del sismo de Chile del 14 de abril de 2014, con magnitud 8.1, se esperaba que el evento superara una magnitud de 9.0 dada la cantidad de energía de deformación acumulada desde la ocurrencia del que lo precedió en 1877. Esto es lo que se consideraba la brecha sísmica de Iquique de 550 km de longitud. Sin embargo tal parece que la ruptura fue detenida en su avance hacia el sur por la ocurrencia de una cadena de montes submarinos que forman parte de la cordillera submarina (ridge) de Iquique. Esto es lo que han encontrado unos investigadores de la Universidad de Kiel, en Alemania, lidereados por  Jacob Geersen, un geofísico del GEOMAR Helmholtz Center for Ocean Research, el  estudio, ha sido publicado en Nature Communications.
El caso de de particular relevancia para nuestro país, ya que también existen formas batimétricas, tales como la cordillera submarina (ridge) de Tehuantepec, que es posible que estén actuando como barreras al deformar la placa en subducción.

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